“El tema de que el yoga se ha puesto de moda ha hecho que el objetivo haya cambiado”

Entrevista a Swami Maitreyi por Malena Rodríguez.

Swami Maitreyi es sannyasin, algo difícil de explicar para quienes tenemos mentalidad occidental. Sannyasin es quien se entrega a la vida espiritual con el propósito de evolucionar y compartir con los demás. Más que renunciar a la vida material y familiar se trata de abrirse a otra forma de existencia enfocada en el conocimiento y la impecabilidad en las tareas que le son asignadas, con una gran apertura y percepción a la conexión con los demás.

Desde hace algunos años tiene a cargo la formación de profesores de la Bihar School of Yoga en la sede de Colombia.

De visita en Uruguay para dictar una serie de talleres y conferencias, un curso de Psicología y Yoga, y dirigir el Encuentro Latinoamericano de esta escuela, Swami Maitreyi se hizo un espacio para caminar desde Valizas hasta Cabo Polonio y apreciar maravillada la belleza de las dunas, las formaciones rocosas y las distintas playas, cada una con una energía diferente, según comentó.

¿Cómo es que llegás a dirigir la formación de instructores de yoga en Colombia? ¿Lo elegiste o se dio naturalmente?

Empecé a practicar yoga a los 21 años y no tenía ni idea de lo que era. Yo estaba feliz, estudiando, muy contenta con mi vida. A mediados de los 80 la gente no tenía mucha idea de lo que era el yoga ni los gurus… Pero empecé a practicar en Suecia y entendí que tenía que hacer eso. Fue mi destino. El yoga me encontró. Empecé a enseñar. Luego de algunos años necesité ir a India para profundizar mi conocimiento y así es que fui al ashram, en Monguir. Allí estaba Swami Niranjananda dirigiendo los cursos para sannyasins. Previamente había estado Swami Satyananda. En ese momento de mi vida yo había terminado la universidad, hacía lo que me gustaba, era feliz, enseñaba yoga, tenía novio. Pero decidí ir a India por seis meses. A los dos meses de estar ahí me di cuenta que me tenía que quedar. Que eso era lo que tenía que hacer. No fue fácil volver a Suecia y contarle a mi familia y a mi novio. Lo tuve que dejar y no porque no lo quisiera más. Simplemente sentí que tenía que hacer esto. Hice el curso de seis meses y volví a Suecia a deshacerme de todas mis cosas, preparar a mi familia. Estuve allí cuatro meses y luego volví al ashram con una pequeña valija. Desde entonces dediqué mi vida completamente a esto. Y lo que me pedían que hiciera lo hacía, de la mejor manera que podía. Yo pensaba que me quedaría para siempre en el ashram, que viviría y moriría allí. Pero luego de que tomás esa decisión de dedicar tu vida cualquier cosa que sea necesaria que hagas la hacés. La gente me preguntaba cómo puede ser que no tome mis propias decisiones, pero no es así. No es que no tenés opción. Tú hiciste la opción de aceptar hacer lo que haya que hacer. Cinco años antes de venir a Colombia Swami Niranjananda decía un poco en broma a un grupo que venía de Colombia que yo iría a ese país. Y yo le decía que no, que no me podía ir de ahí. Pero cinco años después fui.

¿Qué significa ser sannyasin?

La palabra sannyasin es muy bella, está compuesta por dos palabras en sánscrito. San es total y yasa es confianza. Y esta confianza tiene dos significados. Por un lado confiás en que lo que necesites en la vida lo vas a recibir y cualquier cosa que necesites hacer también la vas a hacer.

¿Y no es posible tener esa actitud sin necesidad de dejar todo atrás? ¿Teniendo una vida “normal”?

Sí. Claro. Pero la otra parte del significado de la palabra sannyasins tiene que ver con algo parecido a un fondo. Como un fondo de confianza. Todo lo que tenés —ya sea tu dinero, tu conocimiento, tus habilidades— no es solo para ti, es para compartir.

¿Es como una devoción?

No es muy adecuado usar la palabra devoción porque se podría entender como algo religioso y no es religioso. En la antigua tradición de India se puede rastrear en distintas culturas este concepto al que llamaban sanatan dharma. Sanatan significa eterno y dharma es la forma de vida que eleva la vida, tiene que ver con la evolución de la conciencia. Nos conecta con las fuerzas constructivas y no con las destructivas que nos frenan. En sanatan dharma la vida tiene naturalmente cuatro fases. Esto cambia según la historia personal, cuantos años vivimos, cómo vivimos… Los primeros 25 años son para estudiar y para prepararnos para la vida. Los siguientes 25 años son para agotar nuestros karmas y deseos. Hacer lo que uno realmente quiere hacer, nuestros sueños, deseos, ideas. Y luego, alrededor de los 50 años hay un cambio. Algo que experimentamos todos en nuestra sociedad. Según sanatan dharma es natural que se dé una crisis porque nos queremos aferrar a las dos primeras fases y nos preguntamos qué viene después. Los hijos abandonaron la casa, te das cuenta que has estado haciendo lo mismo durante muchos años y vienen también muchos cambios físicos. Según sanatan dharma es un momento para soltar y para devolver a la sociedad lo que has recibido. Ayudar a los demás. Eso hasta los 75 aproximadamente. Luego viene la etapa que se llama “sanyas”. Cuando llegás a esa última etapa te das cuenta que viniste al mundo sin nada. Y ahí tenés que soltar los karmas y samskaras (impresiones) que has ido acumulando. Eso es para una vida pero está también la evolución de la conciencia que puede darse no solo en una vida sino en muchas. Finalmente eso es parte del proceso del yoga, el aprender a soltar y ser libre, liberar la conciencia de todo lo que nos encierra.

¿Quiere decir que los sannyasins de algún modo se saltean las  primeras etapas y pasan directamente a la última?

Sí, en la tradición se dice que algunas personas pueden entrar en esa etapa antes. Algunas personas nacen en ese estado. Así como hay algunas personas para las cuales es natural querer casarse y tener hijos, para otras como yo, es natural vivir la vida de esta manera. De muy joven me fui desprendiendo de cosas, vivía de una manera muy simple, en una pequeña casa, tenía una hamaca y pocas cosas. Eso fue algo que se dio espontáneamente. Por eso cuando fui a India fue muy fácil para mí, no para mi familia. Yo ya había empezado ese proceso. En la vida del sannyasin el propósito no es solo soltar sino dar a los demás. Compartir. En los años en que viví en el ashram yo estaba aprendiendo, estaba en el proceso de transformación, muy cerca del guru. Cuando me fui de allí el nuevo encare de mi vida tuvo que ver con compartir con los demás. Lo más importante es formar parte de la misión de mi guru. Esa es mi tarea. Y es por eso que viajo. Y por eso formo parte de la formación de profesores que en este momento es muy pero muy importante.

¿Por qué?

Cuando empecé a practicar yoga en Suecia lo único que existía era Satyananda Yoga. Yo fui de la primera generación de profesores, nos había entrenado Swami Satyananda. Pero ahora ya está la quinta generación de profesores y hay tantos tipos de yoga… Es muy fácil dejarse influir por las cosas que hay en el entorno. Swami Sivananda le había dado la misión a Swami Satyananda de difundir el yoga de puerta a puerta y de orilla a orilla, con sus raíces en la antigua tradición. Y eso es lo que hizo durante 50 años. En 2013 Swami Niranajananda declaró que ahora ese período terminó y empieza la siguiente fase. Ahora ya no tenemos que difundir porque todos conocen el yoga. Tenemos que profundizar y consolidar la tradición del yoga. Mantener su pureza.

¿Cuál es el mayor desafío de esa tarea?

El mayor desafío es que el yoga se ha transformado en una moda. Tradicionalmente en el yoga como en otras tradiciones como el Reiki se dice que no se puede ganar dinero haciendo eso. Lo mismo sucede por ejemplo con otra antigua tradición, el Prana Vidya, una ciencia que forma parte del yoga y que es para sanar. El riesgo de recibir un pago es que el objetivo puede cambiar y perder el vínculo con la tradición. Por supuesto que los profesores deben recibir una remuneración. Pero muchas veces en vez de dar y ayudar se está buscando ganar dinero.  Muchas personas están usando diversos conceptos de yoga sin entender verdaderamente lo que es. No creo que sea algo completamente malo porque si hacés yoga en el gimnasio no está mal. No es yoga, pero no está mal. De algún modo los cambios que experimenta el cuerpo hace que uno se haga otras preguntas. Para no perder el verdadero objetivo y propósito está bueno entender qué es el yoga, su tradición y su necesidad hoy.

El próximo fin de semana dictarás un seminario sobre yoga y psicología. ¿Por qué la necesidad de vincular estos dos conceptos?

Swami Satyananda dijo hace como cuarenta años que las antiguas tradiciones de oriente se encontrarían con las ciencias de occidente. Y eso es lo que está pasando ahora. Por supuesto es muy importante integrar. Yo he estado enseñando yoga en distintas culturas y es muy importante integrar la cultura existente y la mentalidad y la filosofía con el yoga. Hay que separar lo que es yoga y las influencias culturales y luego integrar ambas. Si no es fácil que surjan conflictos no sólo externamente sino también en la mente. La idea es llegar a un lenguaje común.

Hay muchas técnicas que pueden ser peligrosas si no se manejan bien, ¿cierto?

Sí. Es importante tener un buen entendimiento del propósito del yoga, de las metas, del proceso y el entendimiento de uno mismo y de lo que necesito. Y si soy un profesor tener un cabal entendimiento de mis alumnos y de lo que necesitan en este momento de sus vidas. Si vas a aprender surf, el profesor te explica aspectos de la tabla, de la seguridad, luego te explica el tema del equilibrio, tenés que hacer un calentamiento, luego empezás a probar con pequeñas olas… Pero claro, si el profesor o uno mismo sin profesor intenta aprender con una gran ola y una bandera roja en la playa, seguramente tenga un accidente y me lastime. Eso sucede con todo en la vida. Para todo necesitamos una preparación. Es lo que está sucediendo también con las prácticas. Sin preparación ni entendimiento se embarcan en prácticas que pueden ser peligrosas en esas condiciones.

En relación con la psicología no sabemos qué hay en el subconsciente ni en el inconsciente. Si empezamos a abrir las puertas es como abrir las compuertas de una represa. Cuando salen muchas cosas a la vez experimentamos crisis mentales o miedos o experiencias traumáticas. Si no podemos manejarlas podemos quedar paralizados emocionalmente o mentalmente. El acceso al inconsciente debe ser paulatino. Con Kundalini a veces sucede eso. Es una práctica muy sistemática pero algunas personas se embarcan en proyectos por ejemplo publicitados por Internet: “despierte Kundalini en una semana”. Y esas técnicas pueden no ser apropiadas y generar experiencias traumáticas que no sabés manejar.

¿Cuál es el objetivo del yoga en relación al inconsciente?

En el proceso de yoga suceden dos cosas. Una es la purificación y el dejar ir. Eso sucede con las técnicas donde se liberan recuerdos e impresiones que tenemos dentro. Y luego hay otra parte que es imposible de dejar ir porque está vinculada al inconsciente colectivo: los arquetipos son infinitos. Entonces otras técnicas apuntan a no dejarse influir por lo que hay allí en el inconsciente. Limpiamos todo lo que podemos y no nos dejamos influenciar por lo que queda.

¿Y así alcanzamos la libertad?

Sí, recién ahí sos libre (risas).